El 20 de septiembre en Gijón, Felipe acaba con la vida de Francisco, al que debía dinero.
Felipe, con varias puñaladas, realiza el cruel acto en una inmobiliaria, el lugar de trabajo de su víctima. Sin demora tras el homicidio, Felipe manifiesta su acto delictivo.
El remordimiento de Felipe
Un mes después del incidente, Felipe decide redactar una carta dirigida a los familiares de Francisco. En su misiva, muestra su arrepentimiento por el sufrimiento que les ha causado.
En su escrito, Felipe insiste en que cada día tiene en mente a la familia de su víctima y reconoce que pagará por su pecado. Además, confiesa que, previo al homicidio, la figura de Francisco ocupaba constantemente sus pensamientos.
De manera impactante, admite que la presión de la situación lo empujó a la realización del terrible acto.
Otro caso de homicidio en Gijón
No es la primera vez que este tipo de sucesos ocurren en Gijón. Un carnicero de la misma ciudad también asesinó y, al igual que Felipe, confesó su crimen sin mucha demora.