Colate Vallejo-Nágera relata con amargura su divorcio de Paulina Rubio, un capítulo de su vida que describe como devastador. Asegura que su relación con la famosa cantante, que comenzó como un divertido romance, se convirtió en un calvario con el paso del tiempo.
Según Colate, Paulina Rubio fue una pareja muy controladora. No fue hasta su casamiento en mayo de 2007 que las cosas empezaron a torcerse de verdad. La boda, que debía ser uno de los días más felices de su vida, terminó siendo un “infierno” literal.
Colate rememora con tristeza cómo se distanció de su familia, trabajo y amigos por tener que tomar una de las decisiones más difíciles de su vida: elegir entre ellos y Paulina. Un sacrificio que, finalmente, no valió la pena.
La cantante Paulina se muestra en el relato de Colate como una mujer insegura, controladora y una diva caprichosa. Menciona una dura discusión que dejó una marca imborrable en su relación. Pero lo que considera el verdadero punto de inflexión fue cuando Paulina anunció su embarazo justo cuando estaban a punto de separarse.
A pesar de los intentos de retomar la relación por el bien del bebé, fue inútil. La separación fue inevitable y trajo consigo una serie de demandas de divorcio y una campaña implacable para destruir su imagen pública.
En el transcurso de su divorcio, Colate tuvo que gastar alrededor de medio millón de dólares en abogados. Como si eso no fuera suficiente, también recibió amenazas de muerte en los primeros años posteriores al divorcio.
La lucha por ver a su hijo no fue fácil. Pasó por momentos muy difíciles que le hicieron tocar fondo. La advertencia que le había hecho su padre antes de morir, de que Paulina le arruinaría la vida, parecía estar materializándose con una crudeza que nunca había imaginado.